Hay días que no subí a ninguna red.
No tienen fotos bonitas.
Ni frases épicas.
Ni logros que mostrar.
Y sin embargo… fueron días importantes.
Días en los que simplemente respiré.
Lloré en silencio.
Entendí algo que llevaba tiempo doliendo.
O me abracé como pude.
Días en los que no hablé con nadie,
pero tuve las mejores conversaciones conmigo.
Días en los que no pasó nada fuera…
pero todo se movió dentro.
No los compartí,
no porque no valieran,
sino porque eran solo míos.
Pequeños, honestos, sin testigos.
Como raíces.
Hay momentos que no necesitan ser contados para haber sido reales.
Hay sentimientos que solo florecen cuando nadie los observa.
Hay sanaciones que ocurren lejos de cualquier pantalla.
Y esos días… también son parte del camino.
Aunque no tengan likes.
Aunque nadie los vea.
Los días que no compartí fueron, muchas veces,
los que más me transformaron.