A veces te quedas en sitios donde no te quieren bien.
No porque no sepas que te mereces más,
sino porque aún guardas la esperanza de que cambien.
De que un día vean lo que vales.
De que por fin entiendan cómo se cuida a alguien como tú.
Pero hay lugares que no son tu lugar.
Personas que no van a cambiar.
Relaciones que solo funcionan si tú dejas de ser tú.
Y eso no es amor.
Eso es sacrificio mal entendido.
Eso es mendigar en un sitio donde deberías estar celebrada.
Amar no es aguantar.
No es justificar la falta de cariño.
No es bajar la voz para no incomodar, ni hacerte más pequeña para caber.
Quien te ama no te pide menos.
Te inspira a ser más.
Te escucha sin prisas.
Te abraza sin condiciones.
Si para que te quieran tienes que dejar de quererte tú,
ese no es tu lugar.
Y salir de ahí no es rendirse.
Es regresar a ti.